Obtener aportes para un Proyecto Educativo en Valores, tomando como base las reflexiones y experiencias de vida de personas de diferentes profesiones y ocupaciones
Cuando andamos en la calle, sentimos que estamos en un mundo distinto al de nuestros hogares, nuestros trabajos. Y es que sentimos que en la calle se vive de otra manera, nos vemos retados a rechazar las mismas actitudes de otros o resignarnos con aceptarlas. Estas acciones rompen con nuestros patrones de conducta, llegando a constituirse en una pérdida de los valores morales con que hemos sido formados como ciudadanos. En las calles existen tres tipos de usuarios: los vehículos de carga y de transporte, los peatones y el elemento más nuevo; la economía informal. Desde los vehículos, sus conductores pierden los valores, según la situación que se le presenta, como por ejemplo, al avanzar teniendo el semáforo en rojo, o estacionarse en lugares prohibidos, se pierde el valor del RESPETO por las leyes y por lo demás, o cuando se le quita el derecho al peatón de cruzar la calle, se pierde el valor de la CORTESÍA. También desde un vehículo, al arrojarse desperdicios a la calle, se pierde uno de los valores más olvidados en los últimos tiempos, la URBANIDAD (modo de vivir en la ciudad). La mayor violación del derecho del peatón a la libre circulación la constituye el hecho de que se transporta mercancía en una carreta o una carrucha por las aceras, donde queda expresado el desconocimiento de dos conceptos urbanísticos: que la carreta es un vehículo que debe circular por la calzada y que la calzada es la calle y no la acera. Pero el peatón también, en cierta mayoría ha perdido la CORTESÍA, cuando se abusa del derecho de libre tránsito, derecho que a su vez le es violado, y a los vehículos por los vendedores de la Economía Informal, lo que constituye una violación al Artículo 2 de nuestra Constitución Bolivariana. Derecho también conculcado por los responsables de construcciones, al colocar en aceras y calzadas materiales y escombros en sus trabajos. También se ha perdido la URBANIDAD en la calle cuando se plantea una conversación de grupo en medio de las aceras, cuando se usa el paraguas o simil por debajo de los dos metros de altura, poniendo en riesgo la integridad física de los demás, cuando no se pide permiso para rebasar caminando a otro peatón cuando tiene que desplazarle de su "carril" de circulación. El mayor desconocimiento de un peatón es el reglamento de circulación, sobre todo que debemos movernos de igual manera que los vehículos: cada quien por su derecha.
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Cuando andamos en la calle, sentimos que estamos en un mundo distinto al de nuestros hogares, nuestros trabajos. Y es que sentimos que en la calle se vive de otra manera, nos vemos retados a rechazar las mismas actitudes de otros o resignarnos con aceptarlas.
Estas acciones rompen con nuestros patrones de conducta, llegando a constituirse en una pérdida de los valores morales con que hemos sido formados como ciudadanos.
En las calles existen tres tipos de usuarios: los vehículos de carga y de transporte, los peatones y el elemento más nuevo; la economía informal.
Desde los vehículos, sus conductores pierden los valores, según la situación que se le presenta, como por ejemplo, al avanzar teniendo el semáforo en rojo, o estacionarse en lugares prohibidos, se pierde el valor del RESPETO por las leyes y por lo demás, o cuando se le quita el derecho al peatón de cruzar la calle, se pierde el valor de la CORTESÍA. También desde un vehículo, al arrojarse desperdicios a la calle, se pierde uno de los valores más olvidados en los últimos tiempos, la URBANIDAD (modo de vivir en la ciudad). La mayor violación del derecho del peatón a la libre circulación la constituye el hecho de que se transporta mercancía en una carreta o una carrucha por las aceras, donde queda expresado el desconocimiento de dos conceptos urbanísticos: que la carreta es un vehículo que debe circular por la calzada y que la calzada es la calle y no la acera.
Pero el peatón también, en cierta mayoría ha perdido la CORTESÍA, cuando se abusa del derecho de libre tránsito, derecho que a su vez le es violado, y a los vehículos por los vendedores de la Economía Informal, lo que constituye una violación al Artículo 2 de nuestra Constitución Bolivariana. Derecho también conculcado por los responsables de construcciones, al colocar en aceras y calzadas materiales y escombros en sus trabajos.
También se ha perdido la URBANIDAD en la calle cuando se plantea una conversación de grupo en medio de las aceras, cuando se usa el paraguas o simil por debajo de los dos metros de altura, poniendo en riesgo la integridad física de los demás, cuando no se pide permiso para rebasar caminando a otro peatón cuando tiene que desplazarle de su "carril" de circulación. El mayor desconocimiento de un peatón es el reglamento de circulación, sobre todo que debemos movernos de igual manera que los vehículos: cada quien por su derecha.
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